La lista es más larga: el chocolate, el café, la leche, el té, etc.
El artículo lo vi aquí. Si esto sucede con ciencias
duras –no sé si la palabra sea la adecuada-, ¿qué pasará con los estudios cualitativos de las ciencias sociales? Aquí, por ejemplo,
una revisión crítica sobre la metodología en estudios sobre la familia. (Reconozco que no he visto –no porque no existan, sino porque no me he cruzado con ellos-, los de la posición política contraria).
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