jueves, 4 de junio de 2015

La política en crisis... un motivo más para salir a votar


Hannah Arendt tiene un pequeño librito titulado «¿Qué es la política?» Ahí describe los orígenes de ese desprestigio y las puertas de salida a la crisis de la política a partir de su sentido en la condición humana. La mala prensa de la Política se debe a los políticos profesionales, pero también a lo que esperamos de ella. Parte del desprestigio viene dado por que quizá olvidamos dos condiciones naturales de la Política.

Primera condición: Para que exista espacio político debe existir alguien distinto a mi. “La política trata del estar juntos y los unos con los otros diversos”, escribió Arendt. Vivir con alguien que es distinto -de forma de pensar, de orientaciones en la vida y del modo incluso en que se explica  y me explica la realidad. Por eso siempre hay fricciones y problemas sin terminar.

Segunda condición: El mundo político nunca es un espacio terminado. No madura como lo hace la ciencia, por acumulación. Lo hace por tradición y por acción creativa. La tradición me introduce en unas prácticas y unos valores que se hacen realidad; después de vivirla puedo entender los motivos y transmitirla a la siguiente generación. Nunca puedo decir “Ya llegué al mundo político ideal, de una vez por todas”. El orden social hay que desarrollarlo a diario, todos los días, una y otra vez, fundado en la dignidad, edificado sobre la justicia y vivificado por la solidaridad.

Esto quiere decir que el mundo del político de profesión –el del gobernante- es sólo una parte del espacio político. Lo mismo el gesto de ir a votar. Aún así ir a la urna es un reflejo de mi propia implicación en la vida política en este sentido amplio: ser diversos y esforzarnos por vivir juntos. Quizá, en muchas ocasiones, abandonar esa obligación ciudadana forma parte de otros abandonos de responsabilidad cívica: participar en la escuela de los niños, preocuparse por el barrio en el que vivimos, vivir las reglas de convivencia vial, etc. 

Aquí van cuatro motivos para votar este domingo:

1. Anular como protesta. Después sé que debo unificar un discurso, hacerlo llegar a los partidos políticos. Con las reglas que tenemos el voto nulo no afecta el reparto de prerrogativas y recursos. Pero puede servir como protesta si se acompaña de un discurso unificado. No todos anulan por los mismos motivos. Pero es un ejercicio cívico.
2. Tomando en cuenta  que nadie puede resolverlo todo solo, ni nadie lo hace del todo, recordando que en política ninguna victoria es definitiva ni ninguna derrota es absoluta, ¿qué  partido que parece que realmente lo hará mejor en los temas que considero importantes? ¿Quién realmente puede ganar o puede al menos evitar que gane un partido que me desagrada? Aquí hay una toma de postura cívica.
3. "Voto por que creo en el partido y su ideal. Soy voto duro, y qué". Aquí hay una toma de postura cívica.
4. Voy a votar como solidaridad con los funcionarios de casilla: ciudadanos que se implican en la vida política. Sólo por responder a esa solidaridad, vale la pena.

La política está en crisis, el sistema electoral se puede mejorar. Pero es lo que tenemos. Es el presente el único espacio para la acción política, la decisión que logra "producir" lo inesperadoolíticoes mucho mejor que el pasado. Hannah Arendt decía en su librito sobre la política:
"Si el sentido de la política es la libertad [para actuar junto con el que es diverso], es en este espacio -y no en ningún otro- donde tenemos derecho a esperar los milagros. No porque creamos en ellos [en lo sobrenatural], sino porque los hombres, en la medida en que pueden actuar, son capaces de llevar a cabo lo improbable e imprevisible y de llevarlo a cabo continuamente, lo sepan o no"

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