Ayer dí una clase en un módulo sobre la comprensión occidental de la Justicia. Para ello podríamos haber estudiado a Sócrates: es mejor padecer una injusticia que cometerla, la justicia es una excelencia de la persona, o la justicia no sólo es informativa sino también performativa. O a Platón: la persona ajustada es la que armoniza su cuerpo, su carácter y su mente, la ciudad ajustada se «construye por» y «forma a» el ciudadano, el mito de Gigés, etc. O a Aristóteles: el arte sigue a la naturaleza, la justicia general es el de la persona buena, y la relación entre virtud, con razón práctica y actos concretos.
Pero seguimos otro camino. Una de las formas en que nos explicamos la «Justicia» es aplicarle la palabra a las personas ajustadas-buenas. Jane Austen es una autora cuyos personajes se dedican, principalmente a mostrar, descubrir y formar su carácter como ajustados: la armonía equilibrada de todos los aspectos de la vida.
Aquí se pueden bajar las diapositivas de la clase, la guía de textos de las novelas de Austen y el audio de la clase.
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