Ayer vi «Dear Mr. Watterson» (aquí), un documental sobre el creador de «Calvin & Hobbes», Bill Watterson. Son 90 minutos en los que un seguidor intenta explicar a otros miembros del club de fans de Calvin, por qué les gusta la tira cómica. El film de Schoeder parece que quiere justificar su propia pasión por Calvin como lo haría cualquier admirador: «nadie es más CalvinAndHobbes-eano que yo».
A pesar de ello, ofrece un mínimo de contexto al mundo de Calvin y su creador: editores de periódico, agentes de publicidad, Chagrin Falls (Ohio) y la geografía de la tira cómica, etc. Presenta una discusión interesante sobre el rechazo de Watterson a la comercialización de sus personajes: ¿por qué no hay muñecos, playeras, tazas o se asocia a una marca de seguros como Snoopy?. Fue una novedad para mi el sentido y esfuerzo de la lucha de Watterson por el espacio y el formato de la tira dominical.
La timidez de Watterson y su rechazo a comercializar su producto tiene que ver con la integridad con la que veía su proceso creativo (aquí un discurso de Watterson) y el valor de su trabajo como arte. Si Calvin es principalmente un producto comercial y no una tira cómica, ¿no se estará dejando atrapando por unos compradores que esperan consumir más sin haber captado el valor de lo que degluten? ¿Cómo puede mantenerse creativo artísticamente y al mismo tiempo agudo filosóficamente si en lugar de apuntar a la razón y al corazón, el dibujante apunta al bolsillo de sus lectores?
Para Watterson la tira cómica y su filosofía no es de consumo rápido. Cuando el mercado se alimenta de los libre pensadores, snobs y sibaritas intelectuales, estos dejan de pensar, ser libres, auténticos y creativos. Se enferman de éxito y mueren de fama. Watterson publicó una sutil ironía al respecto. Aunque la caricatura es considerada «low art» –no es sólo literatura, ni es sólo pintura y se dirige al consumo de masas-, su «Calvin & Hobbes» nunca se pensaría como un producto sólo de consumo.
2 de Noviembre de 1990. |
Watterson corrió el riesgo de no ganar millones y se centró en la tira cómica. Quizá por eso dan ganas de leerlo una y otra vez. En «Calvin & Hobbes» hay una mezcla de simplicidad, filosofía, pintura y humor. Sólo por presentar un ejemplo que aparece en el documental. Unos problemas se ven como un abismo y al final son sólo una pequeñísima colina. Aquí hay filosofía, pintura, simplicidad y humor. En otras palabras, arte.
8/Dic/1993 |
En fin. Para sumar a la causa de club de fans, encontré un buscador temático de todas las tiras cómicas (aquí), y la colección completa on-line (aquí).
Ya para terminar. Este es el último cartón que publicó Watterson. No es melancólico, ni hace llorar. Invita a «dibujar» el futuro: «Let's go exploring». ¡Es genial!
31-Dic-1995 |
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