martes, 12 de enero de 2021

«Rejected!». El fracaso académico




La vida académica parece un bateador de beisbol. Fracasamos en la mayoría de las ocasiones. En las grandes ligas el mejor de 2020, conectó de hit solo en el 36% de las oportunidades. Quien más se embasó, lo logró apenas en la mitad sus turnos al bat (49%).

Mis números son peores. Me rechazaron nueve veces antes de que alguien se animara a recibirme en su doctorado. Mis libros no han logrado el estándar en al menos once editoriales. Tengo un artículo escrito y corregido de más de un año, con seis rechazos y revisiones negativas: que si no escribes en inglés como nativo (lo cual es verdad, a pesar de la ayuda de Grammarly), que si falta profundidad y fuentes, o que si la pregunta no es relevante. Se trata de algo tan común que @YourPaperSucks es catártico para sus 67k seguidores.

Así pues, la dieta cotidiana del académico incluye evaluaciones de su trabajo como anodino, incoherentesuperficialinsulso, desabrido, insuficiente. El monstruo del académico es de tres cabezas: el rechazo de artículos, libros y becas, calificar exámenes, y los formatos de autoevaluación de asesorías.

Los viejos recomiendan, para masticar el rechazo, alguno de estos desagües:

1. Revisar el cv de quien se admire. Mira cada una de esas publicaciones y recuerda que fue rechazado en el 66% de sus intentos. Pero no se rindió. 

2. Agradecer el correo de rechazo y deja de trabajar en cualquier asunto académico. Cabrearse un rato. Hacer deporte. Tomarse el día y una cerveza. Busca un amigo que trabaje en otra área. Al día siguiente, meterse en otro de los proyectos académicos. 

3. Controlar al pobredemí, no compartir la miseria en redes. El rechazo se anuda desde un trabajo no terminado, un argumento no bien explicado, y en gran medida por factores fuera de control.

4. Después de un tiempo -quizá semanas-, atender  las sugerencias y explicaciones de los reviewers. Ayuda enumerar sobre el borrador del texto los de puntos por mejorar de los revisores. Aplicar las correcciones y revisar los procesos que facilitaron el error, la imprecisión o la falta de claridad.

5. Aunque es difícil de ver, los logros académicos casi nunca reflejan el talento, esfuerzo y la propia valía o identidad.  Tragedias son los niños separados de sus padres al cruzar la frontera, el cáncer infantil, la guerra; no un rechazo académico.

Por cierto, me acaban de rechazar un texto. Me ha dolido mucho. Este post es desahogo.  Voy por mi cheve.