lunes, 29 de junio de 2015

¡Andele mi reina… Intenséese!

Blanca de Castilla y su hijo, Luis IX.

Régine Pernoud es una medievalista francesa de finales del siglo pasado. De ella he leído cuatro historias de mujeres medievales: unas fieras, macizas y viajeras. Mejor dicho, intensas: Leonor de Aquitania, Blanca de Castilla, Eloísa y Juana de Arco. Dice Pernod que 
«es indiscutible que por entonces [s. X-XIII] las mujeres ejercen una influencia que no pudieron tener ni las damas partidarias de La Fronda en el siglo XVII ni las severas anarquistas del siglo XIX.» (La mujer en tiempos de las catedrales)
Intelectual e intensa, Eloísa (1101-1164): alumna destacada, esposa de Pedro Abelardo, al que conquistó por su belleza, su forma de ser y su capacidad intelectual. Abadesa de Ferreux-Quincey, defensora de sus monjas… y de su amor. Honesta consigo misma, inquieta al buscar respuestas. Las Cartas a Abelardo son muestra de su erudición y de su intense-ísmo: todo menos negar que quizo a su marido. (Aquí una entrada del Blog sobre esta historia)

Reina, viajera e intensa, Leonor de Aquitania (1122-1204): Dos veces reina, madre y abuela de reyes y reinas de toda Europa. Durante su primer matrimonio, con el rey de Francia, va a las cruzadas. Anula su vínculo -además el marido le aburría- y se casa con el rey de Inglaterra. Madre de Ricardo Corazón de León, y de Juan sin Tierra. A los ochenta años cruza los Pirineos para buscar una nieta para casarla con el heredero de la corona francesa, el nieto de su ex. Su hija había elegido a Urraca, pero a la abuela Leonor le pareció que ese nombre le causaría burlas en Francia, se acostumbrarían más a Blanca.

Guerrera, intensa, luchadora por lo que consideraba justo, Juana de Arco (1412-1431): organiza un ejército, les infunde valor, va por delante en la toma de Orleans, logra la coronación del Rey, se defiende de acusadores. Primero morir antes de traicionar su conciencia.

Reina e Intensa, Blanca de Castilla (1188-1252). Nieta de Leonor de Aquitania, Reina de Francia y madre de San Luis IX. Deshace complots, manda a la guerra, acaba con rebeldes, sobrevivió conjuras y desactivó una invasión de Inglaterra. Sus contemporáneos la calificaban como «reina buena y justiciera». 

Como es Blanca de quien he leído el último libro, escribo esta anécdota del verano de 1251. Un grupo de canónigos de París reclamaba a unos siervos, unos privilegios económicos que estos negaban haber contraído. Los canónigos encarcelaron a los deudores. La reina Blanca propuso una mediación: la liberación de los siervos a cambio de una fianza.
«Respuesta de los canónigos: no le correspondía a la reina entender de los conflictos que pudiera surgir entre ellos y sus gentes; y furiosos mandan encarcelar también, además de a los hombres, a las mujeres y a los niños. La prisión se hallaba abarrotada… fueron a decírselo a Blanca; ella reaccionó con uno de esos arrebatos de ira que jalonaron su existencia.
Al instante manda hacer venir al castellano del Louvre con unos hombres de armas. Ella misma, la anciana reina [63 años], tras haber recobrado todo su ardor, se pone a la cabeza de la tropa. El Capítulo, con sus casas y sus clautros, no está más que a una distancia de cien a doscientos metros del palacio real; y el pueblo de París asiste estupefacto a esta salida inopinada de su soberana, rodeada de ballesteros y de alguaciles de maza. Se dirige hacia el Capítulo, donde ya le ha precedido el rumor público: ¡esos canónigos cebones van a tiener que vérselas con una reina encolerizada! Cuando ella se presenta, el claustro está casi desierto. Blanca le pide al tembloroso portero la llave del sótano y de la mazmorra. Luego con paso firme se dirige hacia allí en persona. Tras llegar al sótano, en cuyo fondo se halla la mazmorra, coge de las manos de un alguacil su garrote, lo levanta y asesta el primer golpe contra la puerta. En esto, uno de los ballesteros, Guillermo de Senlis, echa abajo la puerta del sótano y derriba acto seguido a hachazos la de la mazmorra con la ayuda de sus hombres. Y Blanca acoge a los hombres y a las mujeres que estaban allí encerrados «con gran malestar en medio del calor que tenían unos y otros hasta el punto de que varios de ellos murieron», asegura la crónica. Están ahora ya bajo la protección de su reina que se ocupará de ellos hasta el momento en que puedan regresar por sí mismos a Orly»
Así que si viaja, si se esfuerza por justificarse racionalmente lo que cree, si lucha por lo justo y si además se intensea... seguro es reina.

Feliz cumpleaños.

jueves, 11 de junio de 2015

Preguntas a los expertos en política sobre las elecciones intermedias del 2015


Hay demasiadas hebras que hilan el tapiz que fue las elecciones del domingo pasado. Tantas que cada uno de esos hilos alcanza para dar de comer a los analistas políticos. Por lo pronto yo me he quedado con las siguientes preguntas a la espera de que algún politólogo o comentócrata pudiera resolverme. 

1. Procuro seguir a personas de distintas ideologías políticas. Conozco el riesgo de seguir sólo a personas que piensan como yo o que dicen lo que me gusta oir. Sé que es difícil a veces seguir a alguien que dice cosas que te molestan o al menos te sacan de la zona de confort. Pensaba, por tanto que seguía a personas de una amplia variedad de opiniones políticas. Todas ellas se mostraban cansadas del Partido Verde e indignadas por el PRI, la casa blanca, etc. ¿Por qué entonces se le otorgó mayoría al PRI-Verde-Nueva Alianza?  ¿Qué tanta conexión hay entre lo que se dice en redes sociales y el electorado real? ¿Hasta qué punto las redes sociales son un canal de comunicación fiable? ¿Por qué no me sirvió percibir la fortaleza del PRI-Verde-Nueva Alianza y sí para intuir la fuerza de Pedro Kumamoto? 

2. ¿Cuál es el secreto de éxito de una candidatura independiente? ¿Por qué pudieron ganar? ¿Por el mensaje, el candidato, el dinero, el hartazgo, las características sociológicas de su distrito electoral o de su estado? Si técnicamente la fuerza del candidato independiente es de sólo un voto en el congreso, ¿la fuerza de una candidatura independiente alcanza sólo para marcar un ganador en caso de empate? ¿Su fuerza es más política que numérica?  Si Kumamoto necesitó 5 veces menos de dinero para ganar a sus contrincantes, ¿es suficiente este argumento para reducir el tope de campaña de los partidos? En el caso de gobernador independiente en Nuevo León, ¿cuál es su poder si no tiene un partido que lo respalde en la cámara de diputados? ¿Cómo afecta realmente la dinámica de los partidos tradicionales la irrupción de los independientes? Si con los partidos tradicionales el voto de castigo hace que pierdan representantes y presupuesto económico, ¿cómo funciona el voto de castigo contra un independiente? 

4. ¿Funcionan o no las campañas de lodo? ¿Bajo qué condiciones son eficaces? ¿Qué había en la campaña de Calderón que le sirvió la guerra sucia contra López Obrador para el 2006 y por qué no funcionó en la elección de Guadalajara del 2015? ¿Por qué las usan si al final parece que les perjudicó más?

5. En las elecciones de Guadalajara, ¿cuáles son el valor de las encuestas? ¿Por qué todas, si acertaron en el ganador, por qué fallaron en la distancia? No sé si fue estrategia del PRI y si sus encuestas les decían realmente que iban ganando, pero ¿por qué decían que ganarían en Guadalajara, luego lo dijeron casi en cuanto cerraron las casillas y un par de horas después reconocieron su estrepitosa derrota?

6. De temas varios: ¿cuál es el alcance de un partido franquicia como Movimiento Ciudadano? ¿Cómo limitar a un partido que parece interpretar sus multas como inversión de campaña, como parece que hace el Partido Verde? ¿En serio ganó Cuahutemoc Blanco la alcaldía de Cuernavaca? ¿Qué movió a sus seguidores a respaldado?

De todas estas preguntas tengo sólo pocas conclusiones. Aquí va sólo una el electorado puede ser engañado o manipulado... hasta cierto límite. Una vez que lo cruzas, te pasa factura. Tenemos un sistema electoral aunque imperfecto, hace eficaz el cobro de esa factura. 

La comentocracia ya se ha volcado a explicarnos todas estas preguntas.

jueves, 4 de junio de 2015

La política en crisis... un motivo más para salir a votar


Hannah Arendt tiene un pequeño librito titulado «¿Qué es la política?» Ahí describe los orígenes de ese desprestigio y las puertas de salida a la crisis de la política a partir de su sentido en la condición humana. La mala prensa de la Política se debe a los políticos profesionales, pero también a lo que esperamos de ella. Parte del desprestigio viene dado por que quizá olvidamos dos condiciones naturales de la Política.

Primera condición: Para que exista espacio político debe existir alguien distinto a mi. “La política trata del estar juntos y los unos con los otros diversos”, escribió Arendt. Vivir con alguien que es distinto -de forma de pensar, de orientaciones en la vida y del modo incluso en que se explica  y me explica la realidad. Por eso siempre hay fricciones y problemas sin terminar.

Segunda condición: El mundo político nunca es un espacio terminado. No madura como lo hace la ciencia, por acumulación. Lo hace por tradición y por acción creativa. La tradición me introduce en unas prácticas y unos valores que se hacen realidad; después de vivirla puedo entender los motivos y transmitirla a la siguiente generación. Nunca puedo decir “Ya llegué al mundo político ideal, de una vez por todas”. El orden social hay que desarrollarlo a diario, todos los días, una y otra vez, fundado en la dignidad, edificado sobre la justicia y vivificado por la solidaridad.

Esto quiere decir que el mundo del político de profesión –el del gobernante- es sólo una parte del espacio político. Lo mismo el gesto de ir a votar. Aún así ir a la urna es un reflejo de mi propia implicación en la vida política en este sentido amplio: ser diversos y esforzarnos por vivir juntos. Quizá, en muchas ocasiones, abandonar esa obligación ciudadana forma parte de otros abandonos de responsabilidad cívica: participar en la escuela de los niños, preocuparse por el barrio en el que vivimos, vivir las reglas de convivencia vial, etc. 

Aquí van cuatro motivos para votar este domingo:

1. Anular como protesta. Después sé que debo unificar un discurso, hacerlo llegar a los partidos políticos. Con las reglas que tenemos el voto nulo no afecta el reparto de prerrogativas y recursos. Pero puede servir como protesta si se acompaña de un discurso unificado. No todos anulan por los mismos motivos. Pero es un ejercicio cívico.
2. Tomando en cuenta  que nadie puede resolverlo todo solo, ni nadie lo hace del todo, recordando que en política ninguna victoria es definitiva ni ninguna derrota es absoluta, ¿qué  partido que parece que realmente lo hará mejor en los temas que considero importantes? ¿Quién realmente puede ganar o puede al menos evitar que gane un partido que me desagrada? Aquí hay una toma de postura cívica.
3. "Voto por que creo en el partido y su ideal. Soy voto duro, y qué". Aquí hay una toma de postura cívica.
4. Voy a votar como solidaridad con los funcionarios de casilla: ciudadanos que se implican en la vida política. Sólo por responder a esa solidaridad, vale la pena.

La política está en crisis, el sistema electoral se puede mejorar. Pero es lo que tenemos. Es el presente el único espacio para la acción política, la decisión que logra "producir" lo inesperadoolíticoes mucho mejor que el pasado. Hannah Arendt decía en su librito sobre la política:
"Si el sentido de la política es la libertad [para actuar junto con el que es diverso], es en este espacio -y no en ningún otro- donde tenemos derecho a esperar los milagros. No porque creamos en ellos [en lo sobrenatural], sino porque los hombres, en la medida en que pueden actuar, son capaces de llevar a cabo lo improbable e imprevisible y de llevarlo a cabo continuamente, lo sepan o no"