jueves, 18 de diciembre de 2014

La Tregua de Navidad. Se cumplen 100 años.

La primera guerra mundial inició en agosto de 1914. 10 millones de personas morirían en ella. La línea de batalla entre Francia y Alemania se peleó en gran medida desde trincheras. Salir de ellas y exponerse era casi una muerte segura. Cada uno de los generales en conflicto pensaban que la guerra terminaría para navidad. Pero llegó diciembre y no se veía un final cercano. En la navidad de ese año, soldados alemanes e ingleses se encontraron en tierra de nadie, entre trincheras de enemigos,  para felicitarlos por las fiestas y pasar un rato de camaradería.

Podemos imaginar la escena. Soldados cansados con la ilusión e que en algún momento llegara la noticia que la guerra había terminado. Pero el equilibrio de fuerzas hizo claro que no pasarían en su casa. Llegó el invierno. La cercanía de las trincheras hacía posible que los soldados se gritaran entre sí.

En la noche de navidad, los soldados ingleses comenzaron a oír la melodía de villancicos cantados en alemán, cuya letra ellos conocían en inglés. Al principio pensaban que era una broma. Pero después, los británicos vieron velas y árboles de navidad sobre las fronteras alemanas. Esto les animó a unirse a cantar el mismo villancico pero en su idioma. Y ahí comenzó la famosa «Tregua de Navidad». Dos ejércitos en una lucha cantaban Noche de paz, cada uno en su idioma pero simultáneamente. Esa noche se desearon feliz navidad.

A la mañana siguiente, los soldados ingleses vieron acercarse a sus trincheras a un militar alemán, cruzando por tierra de nadie. Llevaba un pequeño árbol de navidad. Combatientes que habían sido prevenidos por la propaganda, que el de enfrente era un enemigo que sólo merecía la muerte. Se pronto vieron salieron de sus trincheras -no sin cierto temor de ser asesinados-, se acercaron y se dieron la mano para desearse feliz navidad. El caqui británico y el gris alemán, pronto quedaron mezclados. Así lo dice un soldado inglés. «Pueden creerlo. Por consentimiento mutuo dejamos de pelear. Fue curioso ver a los odiados enemigos riéndose, hablando y estrechando las manos»

Así lo describió Fran Sumter, un soldado inglés:
«Anoche los alemanes dejaron sus trincheras y comenzaron a gritarnos "Feliz navidad". Nosotros respondimos igual y comenzamos a cantar villancicos para otros. Cesó todo disparo... Entonces algunos de nuestros compañeros, se encontraron caminando con algunos alemanes a mitad del camino para desearse feliz navidad, saludarse y asegurarse que ese día [de navidad] no lucharían».
Cuando amaneció descubrieron cuerpos de soldados de una batalla que había tenido lugar dos semanas antes. Esto describe otro soldado inglés:
«El entierro en fosas comunes fue brutal y horroroso. Yo no ayudé, pero sí me uní a la cermonia de oración. El capellán Adams eligió las oraciones y un intérprete las tradujo al alemán. La primera lectura la hizo un cura inglés, y después le siguió un soldado alemán que estudiaba para ser pastor. Fue extraordinario y algo maravilloso de testificar. Los alemanes se formaron en una línea y los ingleses en otra frente a ellos. Y rezamos juntos. Pienso que nunca veré algo igual»
En tierra de nadie, unos enemigos se dieron la mano, cantaron villancicos y se felicitaron por la navidad. Algunos compartieron regalos y comida. Hubo intercambio no oficial de prisioneros, incluso partidos de fútbol. Se conserva una carta de un doctor, que describió el partido jugado entre algunos elementos del Régimen de Sajonia contra las tropas escocesas, arbitrados por un oficial alemán. Parece que los alemanes ganaron 3-2.

Soldados ingleses y alemanes se tomaron fotos en grupo, se presentaron a sus familias, se cruzaron direcciones postales. Un soldado alemán le pidió a un soldado inglés que pusiera en el correo una carta para su novia en Manchester, algo que después haría. 

Pasó la navidad y volvió la guerra. Terminaría cuatro años después, con 10 millones de muertos.

¿Qué había en estos soldados que no podamos tener nosotros? ¿Qué haría yo si estuviera en una posición similar de tener que decidir entre la guerra y la navidad? Sin duda, la tregua de navidad es una victoria del corazón humano. "Estos actos espontáneos de buena voluntad que directamente contradecían las órdenes del alto mando, y ofrecieron un sugerente y esperanzador -aunque breve- reconocimiento de humanidad compartida."

A todos les deseo una feliz navidad.



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