En el número de noviembre de la revista "Nexos", Jorge Castañeda y Héctor Aguilar Camín publican un ensayo sobre los cambios en la conciencia pública y política de México (aquí). Esta nueva conciencia mexicana, además de las aspiraciones que nos acercan más a una democracia occidental europea, ha abandonado un soberanismo defensivo y se ha diluido el nacionalismo energético radical. Se trata de una
"una apertura a las ventajas de la globalización, el libre comercio y la integración económica con América del Norte, a la que el país acude con profundidad, eficacia y creciente conciencia de sus enormes oportunidades."
Paco Calderón, Reforma (6/Nov/2012) |
Nuestra relación con Estados Unidos no está excenta de tensiones, prejuicios y mitos. Pensemos en el programa "Rápido y Furioso" (aquí lo que dice Wikipedia), el menor asesinado en la línea fronteriza del lado mexicano por la patrulla fronteriza que dispararon desde EUA, el incremento de las deportaciones bajo Obama, la aprobación de leyes más agresivas contra inmigrantes en estados Republicanos, o el problema comercial del tomate mexicano y las prácticas desleales americanas (aquí se explica).
¡Ah! Y con la aprobación de la marihuana para uso recreativo se cumplirá, una vez más, aquello de que los gringos ponen las armas y a los drogadictos... y nosotros a los muertos.
Pero nuestra relación es mucho más «cercana» que la que ofrecen los gobiernos entre sí. En su artículo de hoy en "La Razón", Otto Granados ofrece este resumen de la relación con Estados Unidos (aquí el artículo completo):
"Con Estados Unidos, México comparte una frontera de más de tres mil kilómetros, y mucho más. Todos los años cruzan unos 250 millones de personas por los 43 puntos fronterizos entre los dos países; en EU viven y trabajan alrededor de 32 millones de mexicanos o de origen mexicano; esta población envía cada año entre 18 y 20 mil millones de dólares en remesas; el 51% de la inversión extranjera directa acumulada en la última década ha venido de ese país y unas 14 mil empresas instaladas en México tienen capital norteamericano, y alrededor del 80% del comercio exterior total de México está con ese mercado."
Tengo la impresión, no justificada científicamente pero muy mía, que como detrás de todos esos números hay muchas personas que hacen negocios, se tratan, se hacen amigos, cada vez más esperamos menos a que ellos se acomoden a lo que nosotros soñamos ("¿Con qué presidente gringo nos va a ir mejor?"). Ya no vivimos tanto «en las circunstancias que nos suceden» sino que preferimos «trabajar por más de una visión que nos oriente».
Así que a trabajar... y menos "A qué le tiras cuando sueñas, mexicano"
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