miércoles, 4 de mayo de 2016

¿Por qué la belleza importa? Respuesta desde el dolor de una inocente

Una versión del beso de Klimt por Tammam Azzam en una pared Siria.
"Me sacarán el ojo izquierdo. Ya no me sirve, lo usaba sólo como muñón para que ahí se sostuviera una prótesis. Sin embargo este ojo ya tiene más de tres meses doliéndome mucho. Últimamente la punción ya se volvió insoportable. El ojo se está comprimiendo junto con los nervios. Este proceso se acelera a gran velocidad. El doctor me dijo el viernes «quiero que me expliques cómo le haces, porque este dolor es para suicidarse». Yo le contesté que tampoco me lo explicaba, pero que me lo quitara porque me estoy volviendo loca. El caso es que por fin mañana es la operación. [...] Además, apenas llevo cinco meses que me sacaron la matriz y no logro recuperarme de esa operación. Estoy muy desgastada físicamente y todavía me duele. Cada día hago acuerdos con mi cuerpo para que aguante, algo parecido al método de alcohólicos anónimos: viviré sólo 24 horas y ya no más. Estoy agotadísima. Mejor soporto por una hora y luego ya veremos la siguiente. No puedo más".
Llegó el día de la operación. A las 6:30am, se presentó en el salón de belleza a ponerse guapa, secarse el cabello, y arreglarse lo mejor que podía. A las 8 pasó al quirófano.

¿Por qué haría algo así si de todos modos no ve cómo quedó? ¿Por qué es importante para ella saberse guapa, si a un enferma se le tolera que no esté bien presentada? ¿Por qué la belleza importa tanto, como para sacarla de toda pretención de utilidad? ¿Acaso es una manera de arrancarle al dolor la última palabra?

Al final, ¿quién es el verdaderamente ciego? ¿Quién es el que ve el mundo real? 

El texto fue tomado de una descripción que hizo la enferma. Lo he modificado un poco -realmente casi nada- para incorporar algo de contexto y algo de historia, que hemos hablado y ha sucedido, pero que no la escribió textualmente. 

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